Nidhogg 2

Pocas cosas en el mundo dan tanto placer como invitar a un amigo a nuestra casa, sentarnos en el sofá, poner uno de nuestros cinco juegos favoritos preinstalados a correr y luego dar cabo de nuestro ingenuo invitado.

Nidhogg 2 juego pc

Nidhogg fue nuestro partido preferido del género lanzado en 2014; casi todo era perfecto y cada parte complementaba a las otras. No será demasiado entonces decir que con el lanzamiento de Nidhogg 2, Messhof estaba bajo presión. Durante el tiempo que pasamos con el juego para escribir este análisis, pasamos por las cinco etapas de aceptación de una secuela (lo que es normal en los juegos que adoramos):

Negación: Este no puede ser el nuevo estilo artístico que decidieron emplear. Fúria: El manejo de armas y la detección de golpes no es tan exacto como era en el primero. Concesión: Bien, las bases son las mismas y un mayor número de armas ofrece más variedad, además de que hay más niveles. Depresión: El multijugador online aún no es muy preciso y está a veces un poco desfasado. Aceptación: No es más de lo mismo, Messhof tomó las mecánicas base y las desarrolló, dando así una nueva identidad al juego.

Una vez dicho esto, podemos finalmente comenzar de nuevo este análisis de forma imparcial y neutro, exento de cualquier histerismo de fan.

Entonces vamos a los básicos – cuál es Nidhogg 2? Como su predecesor, es un juego de esgrima uno a uno, donde cada jugador intenta eliminar a su oponente para poder proseguir hasta el final de la pantalla para llegar a la siguiente parte del nivel. Eventualmente van a llegar a la pantalla de «ganador» donde van a ser tragados por una gusana gigante llamada Nidhogg – todo esto después de haber avanzado por el nivel al enfrentar a su adversario que regresa a la vida constantemente.Es un concepto simple que se vuelve progresivamente más complejo por la disposición de las armas, los peligros de los escenarios y la inclusión de un arsenal de armamento ampliado.

La primera cosa a la que los jugadores que experimentaron el primer título van a reaccionar es al estilo artístico completamente alterado. Lejos está la estética minimalista pero extrañamente cautivante del original, ahora sustituida por personajes de colores parecidos a los que se encuentran en animaciones con plastilina, según escenarios coloridos y detallados. Ya no están ante personajes sin rostro y descaracterizados, que luchan desfasados ​​de los escenarios alrededor. De hecho, ahora pueden incluso acceder a una pantalla de personalización antes de una partida, para elegir ropa y peinados.

Aunque hemos llevado algún tiempo a adaptarse a la transición de la estética típica de un Atari – que habíamos adorado en el primer Nidhogg – para el diseño más vibrante y colorido de esta secuela, con el transcurso del juego acabamos por apreciarlo. Ahora tenemos la sensación de estar en un universo propio, aunque el foco permanece sobre la jugabilidad.

La segunda gran adición del juego son las nuevas armas y la forma en que estas interactúan. El espadín clásico sigue teniendo el protagonismo, con los movimientos de ataque y defensa a tres alturas (altos, medios y bajos). También encontrar una daga, que se comporta de forma semejante al espadín pero con un tiempo de respuesta que parece más rápido, una devastadora (pero lenta) espada pesada con dos posiciones y un golpe indefendible, y finalmente un arco de engaño, que permite ataques a distancia. Cada arma funciona mejor contra un arma específica, pero esta ventaja no es tan relevante que opten por morir hasta que aparezca el arma que deseen.

Tienen diez niveles al disponer, a partir de un magnífico (y nostálgico) mapa de mundo. Cada uno tiene un escenario específico, desde enfoques actualizados a los cuatro mapas del original a un nivel invernal, un club nocturno y, nuestro favorito, un pantano donde empiezan la lucha frente a un árbol psicodélico gigante y luego prosiguen por el sistema digestivo de una gusano Nidhogg (todo ello acompañado por un ritmo reggae relajante). La banda sonora también sufrió cambios al renunciar a los sonidos ambientales adaptativos de Daedalus (un productor musical) y sustituirlos por canciones más animadas, provenientes de Mux Mool (un artista de música electrónica), entre otros. Esta transición resulta en la perfección y amplifica la experiencia; podemos garantizar que después de una larga sesión con el juego, van a quedarse con algunas de las canciones en el oído.

En términos de modos de juego, tal como ocurría en el original no van a encontrar nada de muy variado, sólo algunas opciones que se basan en cómo y con quieren jugar. El modo Arcade, para jugador individual, es donde enfrentan un adversario regido por Inteligencia Artificial, con un arsenal que va creciendo gradualmente por los diez mapas. Es divertido durante períodos cortos de tiempo y más parece un tutorial para prepararlos para enfrentarse a otro humano.

El modo local es el principal y es donde el juego brilla verdaderamente. Aunque parezca menos refinado que el del juego original, se vuelve un poco más casual y causa momentos de mayor sorpresa, lo que lo hace más divertido. Las diferencias presentadas por la jugabilidad de Nidhogg 2, desde embates inmediatos y directos a enfrentamientos donde andan hacia atrás y hacia adelante, congloba perfectamente el brillo de este multijugador de sofá. En el caso de que se produzca un torneo de hasta ocho personas, hay una risa, gritos y uno o dos comandos partidos, pero lo más importante es la diversión en abundancia (especialmente a través de la opción que permite crear un torneo para hasta ocho personas).

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